viernes, 11 de noviembre de 2011

Shock cultural: colas por doquier

Esta afirmación se presta a chistes fáciles, pero no por ello deja de ser cierta: a los suecos les encantan las colas. Esto es, en Suecia harás colas para todo, no importa la hora, el lugar ni el motivo. De hecho, si ves a un sueco esperando en la parada de autobús, está haciendo una cola de una sola persona lo parezca o no. Y más te vale situarte detrás suyo o al menos en una poslición tal que quede claro que él va antes que tú. Parece que los suecos son igual de maníáticos del orden que los alemanes, o incluso más. Ni esquí de fondo, ni fitness: hacer cola es el deporte nacional, y está todo tan organizado que probablemente tengas que coger un número y esperar en los sitios mas insospechados. Esta manía por el orden puede deparar a un extranjero situaciones insospechadas como:
  • Entras a un banco y no hay nadie. Te acercas al mostrador, das los buenos días y comienzas a hablar sobre las gestiones que quieres realizar. La cajera te mira con cara de “no te estoy prestando la más mínima antención” mientras te dice que tienes que coger un número. Es entonces cuando a) miras en derredor para cerciorarte de que en el banco sólo estás tú y los trabajadores, b) vuelves a mirar a la cajera para asegurarte de que habla en serio y c) coges número porque no te queda otra.
  • Entras a una tienda de telefonía y no hay nningún cliente. En los diez segundos que tardas en acercarte al mostrador, entra alguien detrás de ti. Mientras preguntas al dependiente el precio de una tarjeta SIM de prepago, escuchas la musiquita de “número XX” y ves cómo el dependiente pasa olímpicamente de ti y centra su atención en el caballero que acaba de sacar un número y que evidentemente ha entrado detrás de ti. Sintiéndote tan impotente como Nicole Kidman al final de Los Otros, vas a por un número para adquirir el derecho a ser atendido.
  • Entras a una tienda dispensadora de abonos de metro. Coges número porque has aprendido la lección, y esperas religiosamente tu turno. Cuando te toca, buscas el número de mostrador correspondiente con la mirada y te encaminas hacia él. En los cinco segundos que tardas en acercarte el cajero ansioso ha pulsado el botón otra vez pasándole el turno al siguiente cliente que por arte de magia se materializa en el mostrador antes que tú. Lo has hecho todo bien y aún así no consigues tu objetivo: ser atendido. El dependiente te dice que lamentablemente se te ha pasado la vez y tendrás que coger número de nuevo. Le haces caso. ¿Qué vas a hacer si no?
Todas estas situaciones son verídicas, no he exagerado ni un ápice. Evidentemente tuvieron lugar durante el primer mes que pasé en Suecia. Aún así, todavía hay momentos en los que me falla la práctica y ocasiones en las que me sorprendo por hacer cola en un lugar donde no me lo esperaba.

¿Quién da la vez?
Sí, yo también lo he pensado: trastorno obsesivo-compulsivo. Para un dependiente sueco, un cliente que no haya sacado número es como un fantasma, un ser etéreo que no pertenece a este mundo y con el que no se debe establecer contacto a menos que lleve a cabo el ritual de pulsar un botón y coger un número, momento en el que ese ser translúcido pasa a pertenecer a la categoría de personas de carne y hueso con derecho a ser atendidos. ¿Exageración? Para nada. La capacidad de ninguneo de un dependiente sueco a cualquier cliente que no tenga número es infinita.

Por supuesto, las colas siempre requieren coger número. Olvídate del castizo “quién da la vez”, en este país hacer cola sin emplear una forma escrita de confirmación (un papel con tu número) se consideraría sacrilegio, y puede que te encarcelen por alteración del orden público.

La creencia más extendida es que en Suecia se hacen muchas colas porque los suecos son fanáticos del orden. Yo he desarrollado una explicación mejor: sin orden y colas la sociedad sueca se hundiría en el caos y la anarquía. La mejor demostración es el metro de Estocolmo, el unico lugar de Suecia que conozco donde no se hacen colas. Acceder a un vagón de metro es una auténtica locura, y en hora punta la gente lucha por colarse delante de ti como si el vagón de metro fuera el último bote salvavidas del Titanic. Da igual que el vagón esté vacío, la gente ha activado el modo “metro en hora punta” por lo que la estación se ha convertido en un todos contra todos. Si extrapolas este comportamiento al resto de situaciones de la vida cotidiana, Suecia como país no duraría ni dos telediarios.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Shock cultural: El café y la fika

Probablemente sabes que en Suecia hace frío, mucho frío. Los inviernos son largos, oscuros y gélidos, y tradicionalmente los suecos han intentado hacer frente a este clima tan desagradable y calentar su organismo de diversas formas: dándole a la sauna casi a diario, ingiriendo cantidades ingentes de alcohol, comiendo golosinas como si las fueran a prohibir y/o bebiendo café sin parar. Estas medidas tienen diversos efectos colaterales:
  • las saunas combinadas con el frío exfolian de maravilla y convierten la epidermis de suecos y suecas en pura y perfecta porcelana
  • la ingesta de alcohol ocasiona problemas de salud, transtornos de comportamiento y termina siendo un problema de salud pública que obliga al estado a intervenir (Systembolaget)
  • el azúcar de las golosinas tendría que convertir a las suecas en gorditas con pinta de zampabollos, sin embargo conservan una figura de escándalo, no se cómo ni por qué
  • el café te pone como una moto y se convierte en una adicción: cada vez necesitas consumir más para que la cafeína te proporcione el chute de energía extra que buscas
Un efecto colateral más es que para bien o para mal estos cuatro hábitos se han incorporado a la cultura sueca de una u otra forma. Suecia no sería la misma sin sus saunas, su monopolio sobre la venta de alcohol, sus supermercados con paredes enteras dedicadas a chucherías o sus calles plagadas de 7-11s y similares.

Descafei…qué?
Conviene recordar que Suecia es el segundo país que más café consume por habitante, detrás de Finlandia. La media son cuatro tazas de café al día, y no estoy hablando de descafeinado. Aquí los cafés se beben con cafeína, si pides descafeinado lo normal es que te miren como a un bicho raro. En Suecia casi no existe el café descafeinado, para un sueco beber descafeinado sería como pedirse un BigMac sin carne.
Repito: cuatro tazas de café al día de media, contando niños y ancianos. En realidad, cualquiera que trabaje en una oficina beberá entre seis y ocho cafés al día, una salvajada. Para un español esto son cifras inalcanzables, al cuarto café estaríamos en una cama de hospital con una taquicardia de caballo. Un problema adicional para un extranjero es que la vida empresarial gira en torno a la máquina de cafés. Ir a por café es la excusa perfecta para una reunión de entre cinco y diez minutos donde se intercambien ideas y pareceres y se hace team-building. Tu problema como español es que no puedes seguir el ritmo, y tal vez te ven como un antisocial y un bicho raro por no beber café  

El café, parte central de la vida empresarial
En el caso del café su importancia cultural y empresarial se ha visto reforzada por la “merienda”, más conocida como fika. Por si estas visitas a la máquina de cafés no fueran suficiente, los suecos gustan de celebrar fikas de cuando en cuando, meriendas donde se bebe café acompañado de bollería variada (cinnamon rolls, conocidos coloquialmente como fikabrod o pan de fika). Lo habitual es que haya por lo menos una fika por semana, pudiendo haber hasta una al día, donde se habla sobre el devenir de la empresa de una forma más coloquial y se aprovecha para relajarse un poco y estrechar lazos con tus compañeros de trabajo. La fika es uno de esos escasos momentos en los que los suecos socializan a gusto, probablemente porque incluyen dos cosas que les pirran: café y dulces.  

Mi consejo: si eres como yo y no te gusta demasiado el café (ni el té), procura acompañar a tus compañeros de trabajo a por café cada vez que te pregunten. Puedes limitarte a coger un vaso de agua, un chocolate caliente de la máquina, o hacerte un té si lo prefieres. Pero no te cierres en redondo. Otro aspecto diferencial de la cultura del trabajo en Suecia es que el grupo importa más que el individuo: tus jefes y compañeros apreciarán más tu trabajo si haces equipo que si estás sentado trabajando de sol a sol sin levantar la vista de tu monitor.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Salir de marcha por Estocolmo – Södermalm

La isla de Södermalm, situada al sur del casco histórico de Estocolmo (la isla de Gamla Stan), es junto con Stureplan-Östermalm la zona de marcha más popular de Estocolmo. El ambiente en esta zona no es tan exclusivo como Stureplan: hay de todo. Es posible encontrar locales de ocio similares a los que encontrarás en Stureplan, pero lo habitual es que tanto los bares como la gente tenga un perfil más alternativo y variado, en muchos casos tirando a hipster. Por norma general en los locales de ocio de esta zona se podrá escuchar música en directo, incluso algunos de los más grandes traen a figuras internacionales del panorama musical. En el fondo esto es lo que le pega a esta isla, lugar de residencia de cualquier sueco que se considere bohemio o sofisticado.
La zona principal para salir de marcha discurre por la calle Gotgatan, principalmente desde la parada de metro de Slussen (al norte) hasta la parada de Medborgaplatsen (justo en el centro de la isla). Cerca de esta arteria principal se pueden encontrar muchos locales, aunque también hay otros situados más lejos a los que vale la pena ir.

Algunos de los sitios más populares y concurridos en Sódermalm son:
·   Bonden Bar. Un local muy chic que abre hasta las tres de la mañana, situado muy cerca de Medborgaplatsen. Muy buena opción si se busca salir un fin de semana de marcha pero sin pretender quedarse hasta las tantas.
·   ???? Este local, situado en la misma calle que el Bonden Bar, es difícil de encontrar porque se encuentra en un subterráneo y la entrada no está prácticamente indicada. Juraría que no tiene nombre ni nada en la puerta, de ahí los signos de interrogación. Una vez pasamos el susto inicial de “donde nos hemos metido” y hemos bajado una precaria escalera de caracol, llegamos a un amplio bar subterráneo. Además de sentarte tranquilamente a tomarte una cerveza, puedes jugar al pinball, ping-pong, petanca, futbolín y billar. Tienen incluso tres máquinas recreativas originales con tres de los primeros videojuegos jamás creados: Pong, Pac-Man y Space Invaders. Un lugar ideal para un fin de semana de colegueo.
·   Strand. Situado en Hornstull Strand, este amplio local suele celebrar conciertos de bandas de renombre (en el último mes han tocado Yelle y Digitalism por ejemplo), y el resto de días es un bar muy espacioso y agradable donde se puede hacer de todo: jugar, bailar, beber…
·   Marie Laveau. Como muchos otros lugares de ocio de Estocolmo, Marie Laveau tiene dos ambientes distintos: la planta baja, con música pop o soft house y de ambiente más “fino”, y el sótano, con música electrónica y un ambiente más desenfadado. Si entras antes de las 23.00 no tendrás que pagar entrada. Después son 100 SEK, y podrás estar de fiesta hasta las tres de la mañana.
·   Huset Under Bron (Tradgarden). Sí, como su propio nombre indica esta discoteca se encuentra debajo de un puente, más concretamente debajo del puente que une Södermalm con Hammarby Sjöstad. Funciona sólo en verano, y es un buen sitio para ir a escuchar música electrónica. La pega es que no es fácil encontrarlo sin smartphone, porque a medida que te alejas de la parada de metro de Skanstull te parece que alguien te ha tomado el pelo. Sí, está en un lugar un poco inhóspito, pero a cambio no hay vecinos a los que molestar y puede abrir hasta las cinco de la mañana.
·   Debaser Slussen. Situado el la exclusa que separa Gamla Stan y Slussen, esta discoteca es uno de los lugares favoritos para salir en verano, porque cierra relativamente tarde (a las tres de la mañana) y tiene una zona de terraza muy amplia. Además, todas las semanas hay conciertos.
·   Debaser Medis. Pertenece al mismo grupo que Debaser Slussen, por lo que sigue la misma filosofía: combinar días de concierto con días más rutinarios para buscar que el local se llene siempre. Es un local muy espacioso, situado en plena Medborgaplatsen, y como muchas discotecas de la zona cobra entrada a partir de las 23.00.
·   Mosebacke. En verano hay tortas por coseguir una silla en cualquiera de las dos terrazas situadas en la plaza de Mosebacke. Además de ofrecer unas vistas espectaculares de Gamla Stan, Skeppsholmen y Djurgarden, es de los pocos sitios de Estocolmo donde te pueden servir jarras de litro y medio de cerveza (casi 200 SEK). Es muy popular para afterworks, por lo que lo habitual es que esté lleno desde las cinco de la tarde.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Españolas ligando en Suecia – como echar el lazo a un sueco

Una de las conversaciones recurrentes que tengo con mis amigos versa sobre las relaciones suecos VS extranjeros y cómo ligar en Suecia. En un post anterior ya comenté que la creencia general es que siendo extranjero partes con ligera ventaja, en este post recojo parte de las conclusiones a las que llegué hablando con mis amigas foráneas sobre el tema, con algunos consejos muy útiles:
  • Tendrás que cambiar el chip 
    En muchos otros países, desde España hasta Estados Unidos pasando por Alemania, Francia, Italia… la mujer es la que espera viendo cómo el hombre la corteja. Aunque una mujer puede tomar la iniciativa de vez en cuando, el hombre es el que tiene que demostrar su interés, esforzarse y arriesgarse. Aquí lo cosa no funciona así. Si una mujer le echa el ojo a un sueco no puede limitarse a esperar a que el sueco se lance a por ella. Si lo hace verá como antes de que eso ocurra una sueca se abalanzará sobre tu objetivo y se llevará el gato, tu gato, al agua. No importa que partas con ventaja por ser extranjera y exótica, un sueco va a lo fácil, si es a tiro hecho mejor que mejor. Conclusión: los suecos no se esfuerzan, no lo necesitan.
  • Necesitarás adaptarte a su poco “tacto” social  
    En Suecia no se estila usar wingmen ni nada parecido: si has conseguido el increíble hito de que un sueco de el primer paso y se ponga a hablar contigo no debe extrañarte que se medio abalance sobre ti sin refuerzos aún cuando estás hablando con tu grupo de amigas. No te asustes, no es un pesado ni un salido: los suecos en general no entienden de sutilezas y no tienen ningún problema en dejar a sus amigos con un palmo de narices si ven a una chica que les puede interesar. El principal problema es que en una situación normal los suecos no dan este paso, necesitan armarse de valor, o lo que es lo mismo ingerir ingentes cantidades de alcohol, para decidirse a salir de su burbuja y hablarte. El resultado es que una foránea tendrá la impresión de que el susodicho sueco es un borracho pesado y no un chico interesante. Este punto refleja uno de los principales problemas de la cultura sueca: aquí no se bebe para socializar, se bebe para emborracharse. Y según me comentan mis amigas no hay nada peor que tener que aguantar a un borracho dándote la brasa. Conclusión: los suecos necesitan beber para ligar.
  • Deberás prepararte para llevar el peso de la conversación  
    Si milagrosamente has conseguido que un sueco reúna el valor de acercarse y hablar contigo sin que vaya como una cuba, no lances las campanas al vuelo, aún tendrás que sufrir un poco más. En estas situaciones los suecos demuestran una timidez galopante y una falta absoluta de habilidades sociales: no tienen conversación. Muy pocas veces se ven en la tesitura de tener que hablar durante cierto tiempo con una chica para mostrar su interés y su valía, normalmente se limitan a la táctica te invito-me invitas-te-invito-en tu casa o en la mía, o van borrachos y no se enteran. Conclusión: te parecerá que estás hablando con una piedra.
  • Tendrás que aceptar que la caballerosidad brillará por su ausencia  
    Una de las quejas constantes que tiene las suecas es que la caballerosidad ha desaparecido en Suecia, probablemente por culpa de una concepción errónea de la igualdad. No esperes que tu cita te abra la puerta del restaurante y te deje pasar primero: corres el riesgo de llevarte un portazo en las narices. Tampoco esperes que a un sueco se le pase por la cabeza pagar la cena: cogerá la cuenta, su tarjeta de crédito y le dirá al camarero que se cobre su parte. Tampoco verás el “baile” para pagar la cuenta (yo pago, que no que pago yo, venga que me toca a mi, no hombre no…), como se te ocurra decir “pago yo”, pagas tú. De regalos esporádicos y detalles ya ni hablamos: a los suecos no se les pasa por la cabeza realizar regalos espontáneos, ni que una mujer valora esas pequeñas muestras de aprecio. Simplemente, no entienden este concepto. Si mencionas la palabra caballerosidad lo más probable es que el sueco te mire con cara de besugo, como si no supiera el significado de esa palabra. Conclusión: la igualdad ha matado a la caballerosidad.
Todos estos problemillas terminan por desalentar a muchas extranjeras, por lo que no es extraño que prefieran salir y relacionarse con otros foráneos. Si de verdad quieres cazar a un sueco, tendrás que armarte de valor y hacer frente a todos estos obstáculos.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Noviembre en Estocolmo – Winter is coming

Algo que sabes a ciencia cierta sobre Suecia en general y Estocolmo en particular es que en invierno hace un frío de cojones. Si tienes pensado irte a vivir a Suecia por cualquier motivo, seguramente el invierno sueco es lo que más temas. Habrás escuchado que la nieve se apila por las calles, que el invierno dura meses enteros y que las temperaturas bajan hasta veinte o veinticinco grados bajo cero. Vamos, que a menos que hayas nacido y vivido en Molina de Aragón (-27º C, no está mal) el invierno sueco será para ti una especie de apocalipsis de nieve y oscuridad. 
Lo cierto es que la ciudad está muy bien preparada para afrontar inviernos demenciales. Las calles están practicables por mucho que nieve, el transporte público funciona con normalidad a menos que las temperaturas bajen de -20º C (por cuestiones técnicas el metro no funciona bien a temperaturas tan bajas), los locales y las viviendas están preparados para afrontar estas temperaturas y la sociedad en general se ha adaptado a estas condiciones climáticas. La clave consiste en sobrevivir el primer invierno: una vez que te has enfrentado a un invierno sueco y has salido victorioso, los demás inviernos ya te parecen casi rutinarios. Es una guerra de desgaste, donde el enemigo utilizará técnicas rastreras para minar tu moral como por ejemplo:
  • El cambio de hora en octubre. Justo cuando el frío empieza a apretar y por si no tuvieras bastante con llevar gorro y guantes en octubre, tienes que ajustar los relojes y retrasarlos una hora. Parece poca cosa, pero el shock de que anochezca a las 16.30 puede ser más grave de lo que parece.
  • El hielo. El verdadero enemigo en invierno no es la nieve, es el hielo. La nieve suele ser agradable, te la quitas del abrigo sin problemas, no cala y no molesta a la hora de andar. El hielo es un enemigo invisible que convierte las aceras en trampas mortales para españoles desprevenidos. A los suecos no les molesta, he llegado a ver mujeres suecas andar sobre placas de hielo con tacones de aguja como si nada mientras yo luchaba por evitar abrirme la cabeza a cada paso.
  • La noche eterna. Aunque Estocolmo no se encuentre en el círculo polar ártico, durante dos meses tendrás seis horas de luz escasas al día. Normalmente pasarás esas seis horas estudiando o trabajando, por lo que siempre que estés por la calle será de noche. Un día tras otro tras otro. Según parece el impacto psicológico de la falta de luz es lo realmente terrible de estos inviernos, ya que incluso modifica el comportamiento de la gente. Parece inaudito, pero muchos suecos afirman que el mes más duro es noviembre, porque es ya pleno invierno, aún no ha nevado, y por lo tanto las horas de luz son más oscuras al no contar con el reflejo del sol en la nieve. Los que venimos de países mediterráneos, en cambio, pensamos que febrero es la auténtica pesadilla.
  • El metro parado a -25º C. Levantarte y ver que la temperatura en la calle es de -25º C es un shock de por sí. Armarte de valor y salir a la calle hasta la parada de metro más cercana es un acto heroico. Llegar y ver que los andenes están llenos y que el siguiente tren no llega hasta dentro de media hora es una broma pesada. A mi me tocó sufrirlo en enero de 2010, y tuve que andar/correr 15 minutos a -25º C porque llegaba tarde a mi examen de Corporate Finance. Afortunadamente el cabreo por el mal funcionamiento del transporte público me provocó un chute de adrenalina y calorías que compensó el frio terrible que hacía.
  • Parece que no termina jamás. A finales de marzo empiezas a ver la luz al final del túnel: las temperaturas suben poco a poco, se nota que los días son más largos y la capa de nieve comienza a desaparecer. ¿Ha terminado el invierno? ¡No! Abril aún esconde algunos ases bajo la manga. El golpe psicológico definitivo es ver que un quince de abril, con las calles totalmente limpias de nieve, comienze a nevar otra vez. Y no son cuatro copos, es una nevada en condiciones. Levantarse de la cama ese día y ver otra vez todo blanco hace que caigas de rodillas gritando ¡NOOOOO!
Esto es lo que te vas a encontrar si te mudas a Suecia. Como he dicho no es para tanto una vez que te preparas mentalmente para la que se avecina, lo único que tienes que hacer es ser consciente de que el invierno aquí dura seis meses, que algunos días las vas a pasar canutas y que aunque no lo parezca el invierno sí tiene fin.Eso sí, un año tras otro en octubre prepárate porque... Winter is Coming!

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