miércoles, 2 de noviembre de 2011

Noviembre en Estocolmo – Winter is coming

Algo que sabes a ciencia cierta sobre Suecia en general y Estocolmo en particular es que en invierno hace un frío de cojones. Si tienes pensado irte a vivir a Suecia por cualquier motivo, seguramente el invierno sueco es lo que más temas. Habrás escuchado que la nieve se apila por las calles, que el invierno dura meses enteros y que las temperaturas bajan hasta veinte o veinticinco grados bajo cero. Vamos, que a menos que hayas nacido y vivido en Molina de Aragón (-27º C, no está mal) el invierno sueco será para ti una especie de apocalipsis de nieve y oscuridad. 
Lo cierto es que la ciudad está muy bien preparada para afrontar inviernos demenciales. Las calles están practicables por mucho que nieve, el transporte público funciona con normalidad a menos que las temperaturas bajen de -20º C (por cuestiones técnicas el metro no funciona bien a temperaturas tan bajas), los locales y las viviendas están preparados para afrontar estas temperaturas y la sociedad en general se ha adaptado a estas condiciones climáticas. La clave consiste en sobrevivir el primer invierno: una vez que te has enfrentado a un invierno sueco y has salido victorioso, los demás inviernos ya te parecen casi rutinarios. Es una guerra de desgaste, donde el enemigo utilizará técnicas rastreras para minar tu moral como por ejemplo:
  • El cambio de hora en octubre. Justo cuando el frío empieza a apretar y por si no tuvieras bastante con llevar gorro y guantes en octubre, tienes que ajustar los relojes y retrasarlos una hora. Parece poca cosa, pero el shock de que anochezca a las 16.30 puede ser más grave de lo que parece.
  • El hielo. El verdadero enemigo en invierno no es la nieve, es el hielo. La nieve suele ser agradable, te la quitas del abrigo sin problemas, no cala y no molesta a la hora de andar. El hielo es un enemigo invisible que convierte las aceras en trampas mortales para españoles desprevenidos. A los suecos no les molesta, he llegado a ver mujeres suecas andar sobre placas de hielo con tacones de aguja como si nada mientras yo luchaba por evitar abrirme la cabeza a cada paso.
  • La noche eterna. Aunque Estocolmo no se encuentre en el círculo polar ártico, durante dos meses tendrás seis horas de luz escasas al día. Normalmente pasarás esas seis horas estudiando o trabajando, por lo que siempre que estés por la calle será de noche. Un día tras otro tras otro. Según parece el impacto psicológico de la falta de luz es lo realmente terrible de estos inviernos, ya que incluso modifica el comportamiento de la gente. Parece inaudito, pero muchos suecos afirman que el mes más duro es noviembre, porque es ya pleno invierno, aún no ha nevado, y por lo tanto las horas de luz son más oscuras al no contar con el reflejo del sol en la nieve. Los que venimos de países mediterráneos, en cambio, pensamos que febrero es la auténtica pesadilla.
  • El metro parado a -25º C. Levantarte y ver que la temperatura en la calle es de -25º C es un shock de por sí. Armarte de valor y salir a la calle hasta la parada de metro más cercana es un acto heroico. Llegar y ver que los andenes están llenos y que el siguiente tren no llega hasta dentro de media hora es una broma pesada. A mi me tocó sufrirlo en enero de 2010, y tuve que andar/correr 15 minutos a -25º C porque llegaba tarde a mi examen de Corporate Finance. Afortunadamente el cabreo por el mal funcionamiento del transporte público me provocó un chute de adrenalina y calorías que compensó el frio terrible que hacía.
  • Parece que no termina jamás. A finales de marzo empiezas a ver la luz al final del túnel: las temperaturas suben poco a poco, se nota que los días son más largos y la capa de nieve comienza a desaparecer. ¿Ha terminado el invierno? ¡No! Abril aún esconde algunos ases bajo la manga. El golpe psicológico definitivo es ver que un quince de abril, con las calles totalmente limpias de nieve, comienze a nevar otra vez. Y no son cuatro copos, es una nevada en condiciones. Levantarse de la cama ese día y ver otra vez todo blanco hace que caigas de rodillas gritando ¡NOOOOO!
Esto es lo que te vas a encontrar si te mudas a Suecia. Como he dicho no es para tanto una vez que te preparas mentalmente para la que se avecina, lo único que tienes que hacer es ser consciente de que el invierno aquí dura seis meses, que algunos días las vas a pasar canutas y que aunque no lo parezca el invierno sí tiene fin.Eso sí, un año tras otro en octubre prepárate porque... Winter is Coming!

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2 comentarios:

  1. ¿Para cuando un post que hable de la ropa que lleva el hombre de a pie, el ejecutivo, etc para sobrevivir en el duro invierno de Suecia?

    ¡Gracias por el post y ánimo con el blog!

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  2. Gracias por tus ánimos Jorge!

    En breve lo tendrás, aunque te adelanto que no es tanto como puede parecerle a un español. Eso sí, antes voy a publicar un post sobre las entrevistas de trabajo en Suecia, que también son "especiales"

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