lunes, 31 de octubre de 2011

Salir de marcha por Estocolmo – Stureplan


Stureplan es la zona de marcha por excelencia en Estocolmo. No sólo porque se encuentra en un área muy céntrica, elegante y bien comunicada de la ciudad, ni porque el centro de referencia sea una plaza original con una costrucción en forma de seta, sino porque los locales de marcha de Stureplan son lo más in, por donde sale lo más de lo más en Estocolmo. Si te gustan los ambientes donde se respira elegancia y sofisticación según unos, o pijerío y mamarrachez según otros, Stureplan es tu zona para salir un fin de semana. Su ambiente elitista tiene seguidores y detractores, y definitivamente no deja indiferente a nadie.
 

La arteria principal de esta zona de marcha es la calle Birger Jarlsgatan, con el parque de la Biblioteca Real como límite norte y Strandvagen como límite sur. Entre ambos puntos se encuentran trescientos metros escasos plagados de locales de ocio. Los fines de semana hordas de suecos luciendo pantalones rojos (ellos) y tacones de infarto (ellas), bien acicalados, perfumados y divinos (ellos y ellas) invaden las calles, aguantando a porteros arrogantes (una tónica en los locales de esta zona) en espera de poder lucir palmito en el club de turno. Lo habitual en estos lugares de ocio, además de contar con los ya mencionados porteros dándoselas de importantes, es exigir entrada. Y por entrada quiero decir dinero. Así por las buenas, entre 100 y 200 SEK. Sin consumición ni nada. Porque ellos lo valen. Hay excepciones, por supuesto: unos pocos locales no cobran entrada y no obstante siguen siendo cool. En lo que a los porteros se refiere, no. Todos los locales cuentan con su cuota de bouncers con aires de grandeza.

viernes, 28 de octubre de 2011

¿Y cómo se paga en Suecia, qué moneda se usa?

Dejemos algo claro desde el principio: la moneda de curso legal en Suecia no es la corona sueca (Swedish Kronor, SEK), es la tarjeta de crédito. En este país es posible estar meses sin utilizar efectivo porque puedes pagar con tarjeta en todas partes: en la universidad, en la cafetería, en el supermercado, en el Systembolaget… Da igual que el importe a pagar sean 2000 SEK o 20 SEK, tu tarjeta de crédito vale. Por lo tanto, una de las primeras cosas que tienes que hacer si te mudas a Suecia para estudiar o trabajar es abrir una cuenta corriente en un banco sueco.


Las moneda de curso legal en Suecia

Volviendo al dinero en metálico, la moneda que se utiliza se conoce como corona sueca. Aunque Suecia forme parte de la Unión Europea, el Euro fue rechazado en un referéndum en 2003, de modo que Suecia conserva su propia moneda y el banco central de Suecia mantiene el control sobre la política monetaria del país. En cuanto a monedas y billetes, podemos encontrar:

  • Monedas: 1, 5 y 10 SEK
  • Billetes: 20, 50, 100, 500 y 1000 SEK
Como podemos observar, el rango de moneda utilizada es inferior al que emplea el euro. Si realizamos el cambio aproximado 10 coronas = 1 euro, vemos que la moneda más pequeña equivale a 10 céntimos de euro, mientras que el billete más grande equivale a 100 euros. Tiene sentido que no haya billetes de 2000 o 5000 coronas porque para cantidades tan elevadas siempre se utiliza la tarjeta de crédito. Por el lado de los céntimos se ha buscado maximizar el redondeo y evitar que el monedero se llene de calderilla. Hace un año había otra moneda en circulación por valor de 5 céntimos de euro, pero el banco central decidió retirarla de circulación.


¿Cuál es el tipo de cambio?

Ahora mismo el cambio se sitúa en 10 coronas = 1.2 euros aproximadamente. Aunque el banco central sueco puede ejercer una política monetaria, como el 80% de las exportaciones suecas van a parar a países de la unión Europea la tasa de cambio se sitúa siempre cerca de 10 coronas = 1 euro. ¿Por qué? Si la tasa de cambio sube, como ocurre ahora, las exportaciones suecas se vuelven poco competitivas en Europa ya que su precio aumenta; por el contrario, si la tasa de cambio baja demasiado, los productos que Suecia necesita importar también se vuelven mucho más caros afectando negativamente al poder adquisitivo del ciudadano sueco.


¿Es mejor pagar en efectivo o con tarjeta?

Siempre con tarjeta. No sólo porque es más cómodo, sino porque evitas el redondeo. Una cosa que nunca he entendido en Suecia es que las ofertas en tiendas de cualquier tipo, desde un Lidl hasta un H&M, contenían cifras decimales que nunca se utilizan: céntimos de corona sueca. Ejemplo: oferta de pantalones en H&M por 99.90 SEK. Si pagas en efectivo, te cobran 100.00 SEK por el redondeo. Si pagas con tarjeta te cobran exactamente el precio indicado, 99.90 SEK. Lo mismo ocurre en un supermercado: la compra del día ha costado 187.64 SEK. Si pagas en efectivo te sale por 188.00 SEK. En cambio, pagando con tarjeta la compra te sale por 187.64 SEK.

Por si fuera poco, pagar con tarjeta es mucho más rápido. Al contrario que en España, donde pagar con tarjeta muchas veces es un suplicio, en Suecia pagar con tarjeta agiliza la compra una barbaridad. Desde que el cajero te dice el importe hasta que tienes el ticket de compra en la mano pasan menos de diez segundos.
El pago con tarjeta es habitual que te permite incluso dividir la cuenta del restaurante como gustes. Por ejemplo: si sales a cenar con tres amigos y todos queréis pagar con tarjeta, podéis pagar cada uno lo vuestro o dividir la cuenta entre los que seáis y pagar a escote. Esto en España todavía ni se concibe.


Resumiendo: aunque la moneda sea la corona sueca, la tarjeta de crédito manda. Todo el mundo utiliza la banca online, pagas tus impuestos a través de internet, abonas tus compras diarias con tarjeta... En definitiva, si no tienes tarjeta de crédito en Suecia, no eres nadie.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Un español ligando en Suecia – compitiendo con los suecos


Cuando un español llega a Suecia, una de las primeras preguntas que se hace es ¿aquí como se liga, compitiendo con el producto nacional? Aquí van algunas indicaciones sobre los puntos fuertes y los puntos débiles que un español cualquiera tendrá en este país, para que sepas qué cualidades explotar y qué cualidades necesitas mejorar para triunfar en la Stockholm’s Nightlife.

A tu favor jugarán:
  • La apariencia. Afrontémoslo: lo exótico gusta. En españa las suecas, altas, rubias, blanquísimas y despampanantes, han sido objeto de deseo desde los años 60 y las películas del destape. Si en España gusta el tipo nórdico, allí gusta el mediterráneo. Pelo oscuro, ojos oscuros, piel más tostada, pelo en pecho (sin pasarse, claro)… Muchos suecos se han vuelto demasiado metrosexuales, y las suecas se desviven por un “macho ibérico” :D
  • El idioma. Si estás con más españoles, seguro que hablas en español (es lo que hacemos, somos así). Eso implica que hablarás más alto (sí, hablamos a voces) y la gente se dará cuenta de que eres español. La cultura española tiene buena prensa en los países escandinavos, así que al menos tendrás garantizada la atención del sexo opuesto y una buena cantidad de temas de conversación, como por ejemplo por qué te niegas a preparar sangría en un país como Suecia.
  • El acento. Si tu nivel de inglés es aceptable, lo más probable es que aún así conserves un ligero acento español, muy reconocible cuando todo el mundo en el país habla inglés con un acento determinado y distinto al tuyo. Como indico en el puto anterior, lo exótico gusta..
  • El alcohol. Las bebidas alcohólicas forman parte de la cultura española, por lo que un español está acostumbrado a beber socialmente. Un español bebe para socializar, entre amigos, para pasárselo bien. Por el contrario, un sueco bebe para emborracharse. Punto. Probablemente es un remanente cultural de principios del siglo XX, cuando las empresas suecas pagaban a sus empleados con dinero y con vodka.
  • La sociabilidad y caballerosidad. En general los suecos son más bien fríos y pasotas, y esto se refleja en las relaciones con el sexo opuesto. La caballerosidad brilla por su ausencia: no sujetan las puertas, no invitan a sus citas a cenar, no tienen gestos con su pareja… Aunque las suecas tengan fama de independientes y feministas, no quiere decir que no aprecien un gesto de caballerosidad de vez en cuando ni que no les guste que les traten bien.

En contra vas a tener:
  • El idioma sueco. Aunque el idioma español guste, las suecas en general no hablan español más allá de “una servesa por faguor”. Algunas no hablan inglés súper bien. Por supuesto se sienten mucho más cómodas y seguras hablando su lengua materna, por lo que no hablar sueco limitará un poco tus opciones: cuando no hablen directamente contigo, las suecas pasarán automáticamente a su idioma, con lo que no te enterarás ni del NO-DO y te será difícil seguir el hilo de las conversaciones.
  • El físico. Vale, los suecos son demasiado metrosexuales. Pero siguen siendo suecos. Eso quiere decir que serán rubios, altos, atléticos y en el caso de estocolmo unos fanáticos del gimnasio y el ejercicio. El tema de la altura es especialmente preocupante: en general una mujer prefiere a hombres más altos que ella, y como las suecas no son precisamente bajitas puede que esto nos limite las opciones.
  • La cultura del ligue. En España nos hemos acostumbrado a invertir mucho tiempo y esfuerzo para conseguir a la mujer que queremos, porque nos lo ponen difícil. Hay que estar días “a pico y pala” e ir poco a poco, diseñando la estrategia con precaución. En Suecia es totalmente distinto y mucho más aleatorio. Te acercas, hablas, le invitas a una ronda, te invita a otra ronda y después de un rato ya lo tienes hecho. Un español tarda en acostumbrarse, las primeras veces piensas “un momento, esto es demasiado fácil… aquí hay gato encerrado”. Años y años de condicionamiento jugarán en tu contra, y tu instinto se volverá en tu contra en muchas situaciones.

Resumiendo: si eres extranjero (español), atento y sabes hablar con las mujeres ya partes con ventaja. ¡No la desaproveches!

lunes, 24 de octubre de 2011

La vivienda en Estocolmo: pesadilla sin fin (vivienda de alquiler)


Como ya expliqué en el post sobre las penalidades de conseguir una vivienda libre enEstocolmo, el mercado de la vivienda se enfrenta a varios retos: una limitación artificial de la oferta, un control de precios absoluto por parte de las autoridades y un sistema público de adjudicación de pisos con graves errores de concepto que parece diseñado para evitar que los extranjeros puedan comprar una vivienda. Todo este caos provoca un efecto contagio en la vivienda de alquiler y da lugar a situaciones dantescas. Las dificultades para conseguir una vivienda en alquiler son los siguientes:

Punto 1: Estructura de timo piramidal. Los propietarios de una vivienda tienen derecho a alquilar su vivienda, un lease agreement, por períodos de hasta un año, con posibilidad de renovación. Estos alquileres están muy regulados por las autoridades, con el precio del metro cuadrado fijado de antemano dependiendo de la zona y el estado de la vivienda. Esto se debe a que los precios de la vivienda están incluídos en el cálculo de la inflación (no como en España), por lo que una variación de un 10% anual en el precio de la vivienda (lo hemos vivido en España, puede ocurrir) implicaría tal vez una inflación de un 5% interanual. Una burrada, vamos. Conseguir estos alquileres es muy complicado y suele requerir una extensa red social que te garantice contactar con la gente adecuada y buenas referencias. Lo habitual es tener que conformarse con un arrendamiento de segunda mano, un sublease agreement. En este caso es el alquilado quien pone la vivienda en alquiler, esquivando las limitaciones previamente indicadas y cobrando lo que le de la gana, habitualmente el precio normal por transferencia y el resto mensualmente en forma de dinero negro. Lo que me lleva al punto 2.

Punto 2: El mercado negro es la norma. Los arrendatarios de vivienda saben el chollo que tienen entre manos, y muchas veces buscan estrategemas para sacarse una buena pasta a costa de los indefensos mortales que tienen que encontrar un sitio donde vivir, aprovechándose por tanto de este sellers’ market que las autoridades han creado. La comunidad de propietarios de cada bloque de viviendas controla tanto los arrendamientos como los subarrendamientos, garantizándose el derecho de veto si los futuros inquilinos no son de su agrado o si las condiciones del contrato no cumplen determinados estándares. Todo esto está muy bien, pero sólo consigue que sobre el papel el contrato parezca normal. Fuera del mismo queda el sobreprecio real que estas rapaces cobran, en muchos casos haciendo que la mensualidad en negro iguale al precio pactado. Si firmas 4000 SEK en el contrato, puede que cada mes tengas que soltar otras 3000 SEK en negro. Evidentemente puedes ir a juicio, y te devolverán el dinero, pero eso requiere tiempo que no tienes. Además, en el fondo sabes que si estuvieras en su pellejo a lo mejor hacías lo mismo: aprovecharte de un sistema que hace aguas por todas partes.

Punto 3: Eres estudiante y extranjero? Buena suerte, chaval. Afrontémoslo, a los suecos les ponen las colas. Hacen colas para todo. Si el sistema de adjudicación de vivienda se basa en una cola, el de alquiler de habitaciones en residencias universitarias, controlado por el Stiftelsen Stockholms StudentBostäder (SSSB), no iba a ser menos. Por supuesto, los residentes en Estocolmo parten con ventaja. Mucha ventaja. El mecanismo para obtener un apartamento en alquiler es sencillo: por cada día que estés dado de alta en el SSSB ganas un punto, y cuando salen apartamentos a “subasta” se lo lleva el que más puntos tenga de entre todos los solicitantes. Como los residentes en Estocolmo pueden apuntarse desde que cumplen los 16 años y tú normalmente sabrás que vas a estudiar en Suecia con 6 meses de antelación como mucho, en la cola tus rivales tendrán casi 800 puntos cuando tu apenas llegas a los 200. ¿El resultado? Que para cuando puedas tener opciones reales de conseguir una habitación o apartamento por este sistema ya te habrás graduado.¿Que exagero? Echa un vistazo a mi experiencia personal.

Si tienes pensado estudiar en Estocolmo o vas a mudarte a Estocolmo por cualquier otra razón y estás empezando a buscar alojamiento, good luck with that.


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sábado, 22 de octubre de 2011

La vivienda en Estocolmo: pesadilla sin fin (vivienda libre)


No. No exagero. Encontrar piso en Suecia en general y en Estocolmo en particular es de locos. Y el que no se lo crea, que eche un vistazo al post anterior donde relato mi experiencia personal. Voy a intentar describir cómo funciona el sistema sueco, los problemas que tiene y las consecuencias de un exceso regulatorio. Como me quedaría un post my largo, empezaré por comentar la situación de la vivienda libre en Suecia, y en el siguiente post hablaré de la vivienda de alquiler.

Punto 1: Un sistema de lista de espera anticuado
La mentalidad sueca lagom (la cantidad exacta, justo lo necesario) está en todas partes, incluso para planificar las necesidades de vivienda de la población. En Suecia funciona un sistema basado en listas de espera que, en un mundo ideal, funcionaría como un reloj y otorgaría a todas las personas las mismas oportunidades para vivir en cualquier área de una ciudad ya que sólo influye el tiempo de espera en la cola. Este sistema permite que cualquier persona con un personnummer pueda acceder a una vivienda, y además actúa como limitador del precio de la vivienda libre y regulador de la oferta de pisos existente. En teoría es un sistema genial, pero el mundo real dista mucho de ser ideal y perfecto, lo que ha desembocado en un paulativo deterioro de las condiciones de acceso a la vivienda.

Este sistema tan igualitario tiene la pega de que cualquier persona viva con un personnummer puede entrar en la lista. Eso inclue a recién nacidos. Los suecos no tardaron en darse cuenta del truco, de manera que para garantizar a sus hijos la posibilidad de elegir el apartamento que les diera la gana les apuntaron en la lista de espera nada más nacer. Como hay una cola por ciudad, el sistema hace que cualquier persona que quiera mudarse a Estocolmo, sea sueco o extranjero, tiene que competir por una vivienda libre con personas que les sacan 15 años de ventaja en la cola. Conclusión: si eres extranjero olvídate de conseguir una vivienda bien situada en Estoclmo a través del sistema público de listas de espera. Recientemente se ha modificado el sistema limitando la edad para apuntarse a las listas de espera a 16 años, pero como la medida no tiene carácter retroactivo probablemente la situación no cambie en los próximos 15 años.

Punto 2: escasez endémica vivienda
El sistema de listas de espera se ha encontrado con su peor enemigo: una oferta muy inferior a la demanda. Por vaya usted a saber qué motivo los genios que planificaron el crecimiento de las ciudades importantes como Estocolmo se quedaron bastante cortos, lo que ha resultado en un deterioro progresivo del mercado de vivienda libre. La planificación demográfica ha hecho aguas, hasta el punto de que hoy en día es imposible acceder a una vivienda libre el las zonas más céntricas de la ciudad porque la lista de espera se ha disparado por encima de los ¡diez años!

Además ha habido una muy mala planificación urbanística: las autoridades suecas han ignorado año tras año que los ciudadanos prefieren vivir en el centro o lo más cerca del centro posible. Y si no es posible, en zonas muy bien comunicadas con el centro (cercanas a una estación de metro) que al menos tenga establecimientos que cubran las necesidades básicas (supermercados, algún bar, farmacias, bancos…) El resultado es que muchas veces se construye en áreas mal comunicadas y alejadas del centro de la ciudad carentes de estas tiendas y sin servicios considerados básicos, donde evidentemente nadie quiere irse a vivir por el esfuerzo que supone ir y volver todos los días a trabajar. El error fatal del gobierno fue no tener en cuenta las necesidades reales de vivienda de la población ni sus preferencias.

Por si fuera poco parece que la legislación es muy restrictiva. La altura máxima de un edificio en la mayor parte de la ciudad parece ser de cinco alturas más buhardilla. Esta limitación es un disparate para la capital de cualquier país, y evidentemente introduce una limitación adicional a la disponibilidad de vivienda y a la capacidad de ajuste de oferta y demanda.

Punto 3: la oferta privada de vivienda es casi inexistente
Sí, hay edificios de viviendas que se construyen fuera del sistema público de listas de espera, que funcionan de forma parecida a los condos americanos. Pero escasean. Esta escasez hace que los condos sean un artículo de lujo, por lo que para tener siquiera la opción de competir por una de estas viviendas es necesario tener buenos contactos y alguien que te “enchufe”. Otra limitación para extranjeros, ya que si acabas de llegar a una ciudad en un país distinto al tuyo tu red de contactos sociales y profesionales será muy limitada.

Punto 4: el sistema sueco funciona en contra de los extranjeros
Con esto no quiero decir que el sistema sueco sea xenófobo, simplemente introduce barreras adicionales a cualquier extranjero. La seguridad social sueca permite a una persona consultar los datos fiscales de cualquier individuo o empresa con un personnummer. Este detalle que incrementa la transparencia imposibilita que un sueco pueda adquirir una vivienda por encima de sus posibilidades, o que se la de con queso a un casero. Los extranjeros no pueden aportar tanta información, por lo que partimos en desventaja: el dueño de un condo tendrá que creer nuestra palabra de que tenemos medios para vivir en ese apartamento, mientras que si el solicitante es sueco en dos minutos podrá comprobar que toda la información proporcionada es verídica. Muchas personas pueden confundir esta situación con racismo; no lo es. Se limitan a apostar por lo seguro y a evitar sorpresas indeseadas.

Hasta aquí la explicación sobre el mecanismo de adquisición de una vivienda en propiedad. En el siguiente post, hablaré de la vivienda de alquiler haciendo especial hincapié en el mercado negro que ha surgido como respuesta a la caótica situación de la vivienda en Estocolmo.


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jueves, 20 de octubre de 2011

La situación de la vivienda en Estocolmo: mi experiencia

El 20 de agosto de 2009 llegué a Estocolmo listo para comenzar mi máster de dos años en la Stockholm School of Economics. Llegué casi con lo puesto, sin un sitio donde vivir, desalentado por la abundancia de scams y timos en la red que me llevaron a desistir de buscar piso desde el extranjero. Con sorpresa descubrí que la situación no mejora demasiado: no hay timos pero sí una escasez galopante de oferta de vivienda libre y de alquiler. El resultado es que cualquier extranjero irá dando bandazos de una vivienda a otra a menos que sea tremendamente afortunado. En el próximo post explicaré por qué la situación actual es tan grave, pero antes relataré mi experiencia personal:
  • Diversos hoteles/hostales cerca de la universidad (20/08/2009 – 05/09/2009)
    En estos quince días fui rebotando entre 3 hoteles mientras empezaban las clases, buscaba alojamiento y hacía todo el papeleo (universidad, bancos, etc). Fue una wake-up-call que me hizo ver que mi prioridad era encontrar algo a corto plazo, lo que fuera, por el precio que fuese.
  • Apartamento de 40 m2 en Kungsholmen (5/09/2009 – 15/102009)
    Así es cómo encontré un apartamento en blocket.se, una web estilo segundamano.es que aquí se utiliza muchísimo y para todo. El apartamento estaba cerca de la estación de metro Thoridsplan, en la isla de Kungsholmen, y costaba 8000 SEK/mes. Solo estaba en alquiler un mes y poco, justo lo que necesitaba para comprar algo de tiempo, asentarme en un sitio más o menos permanente (sí, 40 días en mi situación me parecía permanente). Este mes y poco me ayudó a quitarme de encima el estrés por encontrar alojamiento y poder centrarme en la universidad.
  • Apartamento de estudiantes de 25 m2 en Bergshamra (15/10/2009 – 15/01/2010)
    Mirando en el foro de la asociación de estudiantes de la universidad, encontré un apartamento que alquilaba otro estudiante. El apartamento estaba situado en el complejo estudiantil de Kungshamra, cerca de la parada de metro de Bergshamra, y estaba muy poco amueblado. Vamos, que encima tuve que ir a IKEA a comprar algún mueble que otro. Esta vez aprendí que no te puedes creer lo que te diga nadie si no te lo pone por escrito, porque en teoría podría quedarme un tiempo prolongado porque seguro que ella encontraba algo donde vivir con unas amigas. Al final, con justo un mes de antelación me dijo que me tendría que ir a principios de enero (tal y como ponía en el contrato, pero es una cabronada esperar al último día de plazo para comunicar algo así). 4000 SEK/mes me costó, por cierto.
  • Apartamento de estudiantes de 40 m2 en Ostermalm (15/01/2010 – 15/04/2010)
    Afortunadamente, y gracias a mi perseverancia (conectarme a blocket.se, el foro de la asociación de estudiantes, etc cada vez que podía) fui el primero en responder a otro anuncio de la asociación de estudiantes de la universidad, de un estudiante que se iba de intercambio a Japón y quería alquilar su piso por 3 meses y medio. Tres meses suena a poco, pero en mi caso era una garantía ya que sabría con exactitud cuándo irme del piso. El piso estaba situado en la residencia Mjölner, cerca de la parada de metro de Stadion. 5500 SEK/mes era un poco caro, pero no estaba como para ponerme a negociar precios.
  • Apartamento de 45m2 de la Stockholm School of Economics (15/04/201 – 1/07/2011)
    Dar la brasa funciona. Así es cómo conseguí este apartamento. La encargada de alojar a estudiantes de la Stockholm School of Economics (trabajo arduo e ingrato, porque hay más estudiantes que viviendas, lo sabes, no puedes hacer nada para evitarlo y además tienes que escuchar experiencias personales un poco duras) envió un correo
    con un apartamento de la universidad que iba a quedar libre a cinco estudiantes que llevábamos pidiendo a gritos que la universidad nos alojara desde agosto. Yo vi el correo a los 5 minutos de ser mandado, respondí al instante y me llevé el gato al agua. Un apartamento muy céntrico, en la isla de Kungsholmen cerca de la parada de metro Radhuset, por “sólo” 6000 SEK/mes. Las ventajas de trabajar y estudiar al mismo tiempo es que me lo podía permitir. (nota: a lo mejor dedico otro post a hablar de la visita que me hicieron 6 amigos, subsistiendo una semana en 45m2 con un cuarto de baño)
  • Residencia de estudiantes en Bergshamra (1/07/2011 – 1/10/2011)
    Lo malo de graduarme es que no podía quedarme en el apartamento por más tiempo, así que tuve que buscar una solución temporal. Así es como terminé en el apartamento que un compañero del máster tenía en Kungshamra. 3000 SEK/mes, pudiendo quedarme hasta diciembre como máximo y pudiendo rescindir el contrato (por mi parte) con un mes de antelación ¡Justo lo que necesitaba!
  • Apartamento de 25 m2 en Bagarmossen (1/10/2011 – 30/04/2012)
    ¿3600 SEK/mes por un apartamento situado a menos de 100 metros de la parada de metro Bagarmossen, y el piso recomendado por un amigo? ¡Un chollo! ¿Qué puedo estar siete meses viviendo en el mismo sitio?¡Una maravilla! Acabo de mudarme, así que fingers crossed y a ver si todo sale bien.
Como podéis observar, si dejo a un lado a los hoteles he vivido en cinco apartamentos distintos a lo largo de 25 meses. He tenido que cambiar de apartamento una media de una vez cada cinco meses, ahora me acabo de mudar otra vez, y quién sabe cuántas veces más tendré que mudarme en un futuro. Lo duro de esta situación es que yo no soy una excepción, sino la norma, y dentro de lo que cabe puedo incluso considerarme afortumado.

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lunes, 17 de octubre de 2011

Estocolmo: una relación de amor/odio

Después de llevar más de dos años viviendo en Estocolmo, creo que ha llegado la hora de mirar hacia atrás y enumerar las ventajas e inconvenientes de vivir en esta ciudad, por qué a veces me parece la mejor ciudad del mundo y por qué a veces se me llevan los demonios. Aquí van algunas de ellas:

Ventajas:
  • Los conductores respetan a los peatones. Viniendo de España llama poderosamente la atención que la gente se aventure a cruzar un paso de cebra casi sin mirar; en España tendrías que mirar, volver a mirar y cruzar a toda leche porque en cualquier momento puede aparecer un kamikaze de la nada, de esos que se pasan la seguridad vial por el forro. Aquí hay veces que los coches se paran incluso si ven que quieres cruzar la calle por las buenas, sin que haya un paso de peatones cerca. Además, casi no tocan el claxon.
  • Los “afterwork”. Casi todos los días puedes encontrar una buena excusa para salir a tomar algo con algún amigo.
  • El transporte público funciona de maravilla. Si vives a 5 minutos de cualquier estación de metro, tienes el centro de la ciudad a un paso. Por si fuera poco, hay multitud de líneas de autobuses que te llevarán donde necesites en un santiamén.
  • El horario europeo. A pesar de ser español, soy una “morning person”, por lo que me encanta que se trabaje de 8.00 a 17.00. Te levantas pronto, sí... pero te queda toda la tarde para hacer lo que quieras.
  • El verano. Los escasos dos meses de verano son una delicia en Estocolmo. Todo el mundo está alegre, las calles se llenan de gente y la ciudad rebosa de vida.
  • Hay trabajo para todos! O casi. La tasa de desempleo en Suecia baja del 7%, y probablemente en Estocolmo se alcance el pleno empleo. Puede que no trabajes de lo que te gusta, pero sabes que no te morirás de hambre
  • La oferta de ocio. En Estocolmo encontrarás un plan sin importar qué te guste hacer. Si te gusta salir de marcha por sitios pijos, si te gusta la música más alternativa, si te encanta el deporte de invierno, si prefieres un plan tranquilo en un bar, si quieres ir a un concierto, si disfrutas haciendo deporte... en Estocolmo tendrás todo eso y más.
Inconvenientes:
  • Tener que cambiar más veces de piso que de cepillo de dientes. La situación de la vivienda en Estocolmo es una vergüenza, y no tiene visos de mejorar.
  • Que toda comida española sea delicatessen. ¿Que tienes un antojo de jamón serrano vulgar y corriente? Pues prepárate a pagar 80 SEK por un paquete de 100 gramos. Esto se extiende a otros embutidos, a cualquier queso y en general a cualquier plato que pueda pasar por Español. Por supuesto NI SE TE OCURRA ir a un “restaurante español de tapas” en Estocolmo. Te pillarías un cabreo importante.
  • Pagar 60 SEK (7.5 euros) por una pinta de cerveza o 120 SEK (15 euros) por un whisky con sprite. El monopolio del gobierno sueco sobre la venta y distribución de bebidas alcohólicas desemboca en este tipo de situaciones, como ya expliqué detenidamente en el post sobre el Systembolaget
  • Conducen pisando huevos. Supongo que es el precio que hay que pagar por poder cruzar los pasos de peatones sin temor a ser atropellado por un amante de la velocidad. Cuando coges el coche en Estocolmo, a veces te preguntas si el tuyo será el único equipado con acelerador.
  • La falta de luz en invierno. Tener 20 centímetros de nieve y temperaturas bajando a -25º C es un engorro, pero se soporta. Lo que duele es ver que los días se van haciendo más y más cortos y plantarte en diciembre con el sol poniéndose a las dos de la tarde. Así no te quedan ganas de hacer nada.
  • Ir al cine. En serio, 120 SEK por una entrada de cine?? Pero bueno!
  • El carácter distante del sueco medio. Es difícil entablar amistad, conversación o lo que sea con suecos, especialmente en invierno. Hay que estar preparados para llevar el peso de la conversación pero sin pasarse, porque muchas veces un carácter demasiado extrovertido les puede intimidar

jueves, 13 de octubre de 2011

Stockholm Beer and Whisky Festival

Aprovechando que el termómetro todavía marca temperaturas positivas, me saqué una entrada para el Stockholm Beer and Whisky Festival, uno de los eventos más atractivos de la temporada a pesar de garantizar un ratio hombres:mujeres de 20 a 1. Mis amigos y yo conseguimos los tickets a mitad de precio, así que por sólo 100 SEK se nos abrieron las puertas a un mundo maravilloso lleno de cervezas exóticas y whiskys de precios estratosféricos.

La organización, de diez
Si hay algo en lo que destacan los suecos es en planificación y disciplina. El recinto del festival (Nackastrandmassan, una antigua fábrica reconvertida a centro de exposiciones) tenía el tamaño adecuado para a afluencia de público, la cantidad de stands garantizaba que una vez dentro no hubiera casi que hacer cola para beberse una cerveza, los baños presentaban un estado admirable tras horas y horas de servicio, los puestos de comida funcionaban a la perfección… Todo perfecto, o casi perfecto. El único fallo es que sólo se podían pagar las consumiciones en metálico, y aunque cada cerveza costaba sólo 20 SEK la cosa podía salirse de madre, por lo que hubiera estado genial contar con un cajero automático dentro del recinto.

Además, las autoridades locales sabían que este festival movería a mucha gente, por lo que no escatimaron esfuerzos en hacer que los trayectos de ida y vuelta fueran lo más agradebles y cortos posible: aumentaron por tres la frecuencia de los autobuses urbanos que llevaban a Nacka Strand, con lo que llegar desde el centro hasta el festival de whisky y cerveza costaba sólo 15 minutos de tu tiempo y tener el abono de transportes. Sin duda, una de las formas más eficientes de fomentar el transporte público es garantizar que llegarás del punto A al punto B en el tiempo deseado, sin importar que esa semana haya un festival de whisky y cerveza, una maratón o un desfile de carrozas.

Las cervezas
El punto fuerte del festival fue la variedad y calidad de las cervezas. Destilerías de todas partes de Europa competían en distintos formatos por ser la mejor cerveza del lugar y garantizar así que la gente consumiera su cerveza antes que la de los competidores, ya que las cervezas galardonadas llevaban una medallita para identificarlas.

Se podían encontrar desde las típicas Carlsberg o Coronita (Corona fuera de España) hasta cervezas producidas el por menor en destilerías naturales y caseras, pasando por weissbier como Paulaner, ales como Brooklyn, o cervezas 100% suecas como las producidas por Gotlands Bryggeri. 50 Stands ofreciendo entre 5 y 15 variedades de cerveza cada uno, a 20 SEK por caña (vaso de 15 cl.) Como era físicamente imposible probar todas las cervezas, hicimos el “guiri”: ir sólo a por las que habían ganado medalla de oro o de plata en su categoría, para probar las mejores de cada tipo. Al final, 9 cañas en 6 horas, que no está nada mal.

Los whiskys y demás bebidas
La variedad de whisky también era alucinante, aunque lo verdaderamente alucinante era el precio de algunos, con hasta 250 SEK por cl (chupito de whisky, 100 euros). Mis amigos y yo no teníamos ni el presupuesto ni el conocimiento suficiente para consumir whisky a tutiplén, así que decidimos enfocarnos 100% en las cervezas. A pesar de los precios estratosféricos la gente le daba bien a estas bebidas, sin ningún complejo vaya.

La comida
En estos sitios no basta con beber, si tu idea es estar degustando bebidas de las 15:00 a las 21:00 necesitas que alguien te suministre nutrientes de verdad para evitar acabar como una cuba. La comida que se vendía era ligeramente carilla, pero no estaba mal. Yo me decanté por algo exótico: kebab de reno. Me gusta la carne de reno, me gustan los kebabs… así que tenía curiosidad por probar este plato tan exótico. 80 SEK más tarde era el flamante poseedor de un delicioso kebab de reno, del que no dejé ni el pan de pita.

En resumen, si tenéis pensado visitar Estocolmo algún año a finales de septiembre o principios de octubre, no dejéis de visitar el Stockholm Beer and Whisky Festival. Merece la pena, sobre todo sabiendo cómo las gastan los suecos habitualmente en lo que a beber alcohol se refiere (ver post sobre Systembolaget).

lunes, 10 de octubre de 2011

Comprar alcohol en Suecia - El Systembolaget

Probablemente una de las situaciones más chocantes para un español recién llegado a Suecia sea la escasa oferta de bebidas alcohólicas en supermercados y tiendas de conveniencia. Lo único que el sufrido expatriado encontrará serán cervezas aguadas y sidras. ¿Cuál es el motivo? Muy sencillo: la venta de alcohol es un monopolio controlado por el gobierno, de forma que las bebidas que contengan más de 3.5 grados de alcohol sólo se podrán vender en la red de tiendas conocidas como Systembolaget.


¿Un monopolio en la UE? Justificación sueca del Systembolaget
Una de las normas básicas que todos los países que integran la Unión Europea tienen que cumplir es privatizar en la medida de lo posible empresas públicas que se encuentren en situación de monopolio. Eso es lo que ocurrió por ejemplo con Iberia o Telefónica. Liberalizar el mercado y permitir la entrada de competidores es casi el requisito mínimo exigible, como el caso de Correos o, en un futuro, Renfe. ¿Entonces cómo es posible que las autoridades europeas hayan permitido a Suecia mantener un monopolio tan evidente como el Systembolaget?

El argumento que los dirigentes suecos esgrimieron es “motivo de salud pública”. Hablando en plata, según los eurodiputados suecos si el gobierno no regulase el consumo de bebidas alcohólicas limitando y controlando su venta muchos suecos beberían alcohol hasta morir. Muy fuerte. La reacción lógica ante semenjante afirmación sería un “¿pero éste qué se ha fumado?; en cambio las autoridades europeas se tragaron el argumento sin rechistar. Lo más chocante de la situación es que muchos suecos con los que he hablado del tema en Estocolmo están totalmente a favor del Systembolaget y afiran que ese argumento es cierto. Los suecos parecen haber interiorizado que sin Systembolaget la sociedad se colapsaría entre suicidios, agresiones, revueltas y muertes por alcoholismo. ¿Lavado de cerebro o realidad? 

Mis experiencias con Systembolaget
Acostumbrado a la forma de comprar y consumir alcohol en España, a los precios y a la disponibilidad de estas bebidas en la Península Ibérica, a la cultura de la caña y las tapas... el Systembolaget fue todo un shock:
  1. Horarios de risa. Me costó horrores interiorizar que tenía que comprar el alcohol entre semana. Una forma muy eficiente de controlar el consumo de alcohol es limitar los horarios de apertura, por lo que los Systembolaget sólo abren de 10:00 a 18:00 entre semana y de 10:00 a 15:00 los sábados. Esto da lugar a situaciones demenciales como soportar colas estratosféricas a partir de las 17:00 del viernes, hasta el punto de que la gente tiene que hacer cola en la calle hasta para entrar a los establecimientos porque dentro no cabe un alfiler. ¿Y qué pasa si el domingo por la mañana decides invitar a algunos amigos a cenar y regar la comida con un buen tinto? Pues que o lo tienes comprado de antemano, o te aguantas
  2. Precios de escándalo. Evidentemente, no me refiero a chollazos sino a todo lo contrario. Al ser un monopolio al uso y limitar la oferta, los precios pueden subir y la gente seguirá comprando. Es microeconomía 1.01: si la demanda permanece constante y la oferta disminuye, los clientes estarán forzados (y dispuestos) a pagar más para adquirir ese bien. Además el gobierno fríe a impuestos al alcohol para reforzar su lucha contra la alcoholemia. Este impuesto es directamente proporcional a la cantidad de alcohol que contiene una bebida, no al precio original o a la calidad de la misma. La pequeña ventaja de este sistema es que se favorece el consumo de bebidas de mayor calidad. Ejemplo: brick de cumbre de gredos (1 litro) por 50 SEK, o coronas suecas (¡¡¡ 6 euros!!!!), botella de rioja reserva (75cl) por 80-120 SEK. No obstante el impuesto parece tener sus fallos; el otro día fui a comprar whisky para una fiesta, y cogí una botella de ballantines por 250 SEK. Cuando iba de camino a la caja pasé por la sección del ron, y vi que la botella de Matusalem 7 años cosaba… 250 SEK. ¿Grados? Los mismos. ¿Calidad? Infinitamente superior el Matusalem, comparable a un buen Cardhu.
  3. Oferta ridícula. Por si la limitación de horarios de apertura y los precios no fueran motivos suficientes para odiar este sistema, encima tenemos un catálogo de productos discutible. Hay pocos vinos españoles en comparación con vinos franceses e italianos, no hay marcas de whisky magníficas como Cutty Shark, los licores y digestivos casi brillan por su ausencia, la selección de cervezas podría incluir otras marcas europeas, no tienen Lambrusco ni cuaquier vino frizzante que le sustituya.

Una reflexión final

Siempre que sale el tema Systembolaget, les hago la misma pregunta a mis amigos suecos: ¿Si la justificación para mantener este sistema es que algunos beberían hasta morir, no sería mejor liberalizar la venta de alcohol y que esos individuos beban, pasen a mejor vida y dejar al resto un servicio liberalizado más? Las respuestas que obtengo siempre son variaciones más o menos ingeniosas de “me voy por las ramas que no quiero retratarme respondiéndote”.