sábado, 22 de octubre de 2011

La vivienda en Estocolmo: pesadilla sin fin (vivienda libre)


No. No exagero. Encontrar piso en Suecia en general y en Estocolmo en particular es de locos. Y el que no se lo crea, que eche un vistazo al post anterior donde relato mi experiencia personal. Voy a intentar describir cómo funciona el sistema sueco, los problemas que tiene y las consecuencias de un exceso regulatorio. Como me quedaría un post my largo, empezaré por comentar la situación de la vivienda libre en Suecia, y en el siguiente post hablaré de la vivienda de alquiler.

Punto 1: Un sistema de lista de espera anticuado
La mentalidad sueca lagom (la cantidad exacta, justo lo necesario) está en todas partes, incluso para planificar las necesidades de vivienda de la población. En Suecia funciona un sistema basado en listas de espera que, en un mundo ideal, funcionaría como un reloj y otorgaría a todas las personas las mismas oportunidades para vivir en cualquier área de una ciudad ya que sólo influye el tiempo de espera en la cola. Este sistema permite que cualquier persona con un personnummer pueda acceder a una vivienda, y además actúa como limitador del precio de la vivienda libre y regulador de la oferta de pisos existente. En teoría es un sistema genial, pero el mundo real dista mucho de ser ideal y perfecto, lo que ha desembocado en un paulativo deterioro de las condiciones de acceso a la vivienda.

Este sistema tan igualitario tiene la pega de que cualquier persona viva con un personnummer puede entrar en la lista. Eso inclue a recién nacidos. Los suecos no tardaron en darse cuenta del truco, de manera que para garantizar a sus hijos la posibilidad de elegir el apartamento que les diera la gana les apuntaron en la lista de espera nada más nacer. Como hay una cola por ciudad, el sistema hace que cualquier persona que quiera mudarse a Estocolmo, sea sueco o extranjero, tiene que competir por una vivienda libre con personas que les sacan 15 años de ventaja en la cola. Conclusión: si eres extranjero olvídate de conseguir una vivienda bien situada en Estoclmo a través del sistema público de listas de espera. Recientemente se ha modificado el sistema limitando la edad para apuntarse a las listas de espera a 16 años, pero como la medida no tiene carácter retroactivo probablemente la situación no cambie en los próximos 15 años.

Punto 2: escasez endémica vivienda
El sistema de listas de espera se ha encontrado con su peor enemigo: una oferta muy inferior a la demanda. Por vaya usted a saber qué motivo los genios que planificaron el crecimiento de las ciudades importantes como Estocolmo se quedaron bastante cortos, lo que ha resultado en un deterioro progresivo del mercado de vivienda libre. La planificación demográfica ha hecho aguas, hasta el punto de que hoy en día es imposible acceder a una vivienda libre el las zonas más céntricas de la ciudad porque la lista de espera se ha disparado por encima de los ¡diez años!

Además ha habido una muy mala planificación urbanística: las autoridades suecas han ignorado año tras año que los ciudadanos prefieren vivir en el centro o lo más cerca del centro posible. Y si no es posible, en zonas muy bien comunicadas con el centro (cercanas a una estación de metro) que al menos tenga establecimientos que cubran las necesidades básicas (supermercados, algún bar, farmacias, bancos…) El resultado es que muchas veces se construye en áreas mal comunicadas y alejadas del centro de la ciudad carentes de estas tiendas y sin servicios considerados básicos, donde evidentemente nadie quiere irse a vivir por el esfuerzo que supone ir y volver todos los días a trabajar. El error fatal del gobierno fue no tener en cuenta las necesidades reales de vivienda de la población ni sus preferencias.

Por si fuera poco parece que la legislación es muy restrictiva. La altura máxima de un edificio en la mayor parte de la ciudad parece ser de cinco alturas más buhardilla. Esta limitación es un disparate para la capital de cualquier país, y evidentemente introduce una limitación adicional a la disponibilidad de vivienda y a la capacidad de ajuste de oferta y demanda.

Punto 3: la oferta privada de vivienda es casi inexistente
Sí, hay edificios de viviendas que se construyen fuera del sistema público de listas de espera, que funcionan de forma parecida a los condos americanos. Pero escasean. Esta escasez hace que los condos sean un artículo de lujo, por lo que para tener siquiera la opción de competir por una de estas viviendas es necesario tener buenos contactos y alguien que te “enchufe”. Otra limitación para extranjeros, ya que si acabas de llegar a una ciudad en un país distinto al tuyo tu red de contactos sociales y profesionales será muy limitada.

Punto 4: el sistema sueco funciona en contra de los extranjeros
Con esto no quiero decir que el sistema sueco sea xenófobo, simplemente introduce barreras adicionales a cualquier extranjero. La seguridad social sueca permite a una persona consultar los datos fiscales de cualquier individuo o empresa con un personnummer. Este detalle que incrementa la transparencia imposibilita que un sueco pueda adquirir una vivienda por encima de sus posibilidades, o que se la de con queso a un casero. Los extranjeros no pueden aportar tanta información, por lo que partimos en desventaja: el dueño de un condo tendrá que creer nuestra palabra de que tenemos medios para vivir en ese apartamento, mientras que si el solicitante es sueco en dos minutos podrá comprobar que toda la información proporcionada es verídica. Muchas personas pueden confundir esta situación con racismo; no lo es. Se limitan a apostar por lo seguro y a evitar sorpresas indeseadas.

Hasta aquí la explicación sobre el mecanismo de adquisición de una vivienda en propiedad. En el siguiente post, hablaré de la vivienda de alquiler haciendo especial hincapié en el mercado negro que ha surgido como respuesta a la caótica situación de la vivienda en Estocolmo.


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6 comentarios:

  1. mariangelersanz@gmail.comsábado, 22 octubre, 2011

    Al ser todo tan distinto a España, es muy complicado entenderlo y "jugar" con él.

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  2. Mmmm pues resulta incomprensible en una sociedad tan avanzada que algo tan básico como la vivienda esté tan mal planificado... voy a mirar el post de alquiler

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    1. @FY:

      Parte de culpa la tiene el gobierno, que en este país tiene demasiado poder sobre los ciudadanos. Quiero decir que el papel del gobierno a veces pasa a ser el de niñera, y en la situación de la vivienda pretendía decirles a los suecos dónde vivir (en el extrarradio). Encima, quiso forzar la mano construyendo en el extrarradio y muy poco en el "centro", pero a la larga da igual porque el problema de vivir lejos del centro es el transporte: sin un transporte público muy efectivo, no compensa vivir lejos por muy barato que sea el alquiler.

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  3. A mí me pareció que el transporte estaba muy bien. Creo que tienes un post comentándolo. La tarjetita azul, los precios y la red parece que funcionan bien. Imagino que el extraradio no será igual que el centro, pero no está mal sobre todo si pensamos en ciudades como Madrid que es fácil que tengas que invertir 1 hora para llegar a tu puesto de trabajo...

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    1. @FY - La tarjeta azul está muy bien, y vale para todo el transporte público. Y el metro funciona genial. PERO (y es un gran pero) no llega a todas partes. Cuando vives en el extrarradio, tener una línea de metros a "walking distance" puede ahorrarte 30 minutos o más de transbordos, ida y vuelta. Y eso a la larga se nota. El problema es que muchas zonas del extrarradio no tienen metro cerca, ni mucho menos. ¿Quién va a querer irse a vivir allí?
      Además, ni el metro es un seguro de vida. Lejos del centro muchas líneas están a cielo abierto, y cuando hace mucho frío en invierno el metro no funciona (funciona, pero con retrasos tremendos y poca frecuencia).

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