martes, 27 de diciembre de 2011

El concepto de White Christmas

En estas fiestas tan señaladas, me llena de orgullo y satisfacción analizar los pequeños matices que diferencian qué se entiende por “White Christmas” en Suecia y qué se entiende por “Blanca Navidad” en España”. A priori, según el traductor de Google, Blanca Navidad = White Christmas. Es lo mismo y punto. Ahora bien, ¿piensan un español y un sueco en lo mismo cuando alguien habla de blanca navidad?

El concepto es el concepto
Como diría Pazos, ¿y el concepto, eh? Ah amiga, a los hechos me remito. Para un Español tener una blanca navidad significa que el día de navidad todo esté blanco, cubierto de nieve. Cualquier español estará de acuerdo con esta descripción, que no es ni más ni menos que una interpretación literal de una frase que refleja lo que una persona ve al por la ventana cuando se levanta un día de navidad y ve que está todo bien blanco. Un razonamiento lógico y pragmático:
  • ¿Es navidad? Sí
  • ¿Está todo blanco? Sí
Conclusión: blanca navidad

Más claro, agua, ¿verdad? Pues parece que los suecos no lo ven así. Si un Sueco amanece el día de Navidad, se asoma la ventana y lo ve todo cubierto de nieve puede que se lleve una decepción tremenda y diga algo como “What a pity, no White Christmas this year” (Qué lástima, no tenemos blanca navidad este año). ¡Pero cómo que “no White Christmas”! ¡Si las calles parecen el escenario de un invierno nuclear post-apocalíptico! ¡Si tenemos palmo y tres cuartos de nieve cubriéndolo todo!

Un español cualquiera tendrá que reprimir por unos instantes sus ganas irrefrenables de zarandear al sueco en cuestión y limitarse a preguntar qué demonios entienden por allí por White Christmas. El sueco te mirará estupefacto y contestará con desidia y petulancia algo como “Un día de Navidad donde esté nevando cosa fina, por supuesto”. Del mismo modo, dará a entender que cualquier otra interpretación de la frase Blanca Navidad es errónea, que sólo los blandos de corazón dirán que están disfrutando de una Blanca Navidad aunque no nieve ese mismo día.

Quiero recalcar que esto no es una exageración ni un simple producto de mi imaginación. De hecho en una de las primeras conversaciones que tuve sobre los inviernos suecos con mis compañeros del máster salió el tema, con los suecos lamentándose de que en los últimos años no habían tenido casi ningún White Christmas. Mi reacción inmediata fue de incredulidad, porque Suecia en invierno es sinónimo de nieve por doquier, así que me fui con la mosca detrás de la oreja a preguntar a algún extranjero que llevara viviendo en Estocolmo unos cuantos inviernos. La respuesta, traducida, siempre era la misma: “¿Qué aquí no hay Blanca Navidad? Las narices. Todos los años por navidades está todo blanco, todo. No sé quién te habrá contado esa milonga”.

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Suecia: paraíso socialista

Los estereotipos existen, para qué nos vamos a engañar. Cuando un español vive en el extranjero muchas veces tendrá que explicar que a) no sabe bailar flamenco, b) no se echa siestas de una hora todos los días y c) no ha toreado en su vida. Esto por mencionar alguna de las generalizaciones más extendidas. Los españoles tenemos fama de vagos y fiesteros que se traduce en esta clase de presunciones, pero no somos el único país con sus topicazos.

Si decimos “francés”, nos imaginamos a un gabacho con bigote, boina, camiseta de rayas negras y blancas que se dirige al Louvre con una baguette bajo el brazo al grito de “güimesié” o “olalá”. Si pensamos en los italianos, nos viene a la cabeza un tío moreno con botes enteros de gomina en el pelo, camiseta ajustada y preparando pizzas o persiguiendo a cualquier mujer que se cruce en su camino para declararle su amor eterno diciendo “bella, bella” o “signorina”. Pues bien, los suecos también tienen que lidiar con algunos estereotipos y generalizaciones.

Uno de los documentos gráficos que mejor recogen qué piensa la gente de Suecia es este “reportaje” de The Daily Show. En él se indaga de manera divertida cómo es la sociedad Sueca para ver qué pasaría en Estados Unidos si cae bajo el yugo del socialismo igual que lo ha hecho Suecia (eso dicen los tertulianos de Fox News al menos). Los links son los siguientes:

http://www.thedailyshow.com/watch/tue-april-21-2009/the-stockholm-syndrome-pt--1
http://www.thedailyshow.com/watch/wed-april-22-2009/the-stockholm-syndrome-pt--2

Si no sabéis inglés, no pasa nada. No dicen nada o casi nada que no hayamos visto en las películas de Alfredo Landa. De todas formas, conviene echar un vistazo a los vídeos para ver cómo se vive en Suecia. A lo que iba, un breve resumen de las generalizaciones que tienen que aguantar los suecos es el siguiente:
  • Si eres sueca tienes que ser rubia, de metro ochenta, rasgos perfectos y tener un cuerpazo de modelo. Mentira, todo mentira. También las hay morenas y pelirrojas.
  • Como buen sueco, te encanta trabajar.
  • Por ser sueco te fríen a impuestos. Muy cierto, lo que no se explica es que aquí el dinero de los impuestos sí revierte en los ciudadanos, no como en otros países (véase España) donde acaba en el bolsillo del político o el enchufado de turno.
  • Necesitas una sauna más que un drogadicto su heroína.
  • Cualquier sueco está acostumbrado al frío y puede pasearse de manga corta con temperaturas que rondan los cero grados.
En mi modesta opinión, creo que los suecos no tienen motivo para quejarse por las generalizaciones que tienen que aguantar. Al fin y al cabo, la opinión generalizada sobre los españoles es que haríamos lo que fuese por vivir sin dar un palo al agua y que somos unos vividores y unos caraduras. Mientras tanto los pobres suecos tienen que lidiar con estereotipos como ser un pueblo donde sólo hay venus y adonis enamorados del trabajo y enganchados al vodka.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Los suecos se dejan los modales en casa

En los países latinos en general y en España en particular la caballerosidad es un concepto muy arraigado. Está tan arraigado en la cultura latina que en muchos casos se da por sentado, y muchas personas pueden llegar a suponer que en todas partes cuecen habas, que vaya donde vaya uno se encontrará el mismo nivel de caballerosidad. Generalmente esto es casi cierto, sobre todo en Europa y en Estados Unidos: la caballerosidad existe, aunque se lleva más o menos al límite dependiendo del país en concreto. Pero hay excepciones, y Suecia es una de ellas: en este país una combinación de factores ha llevado a la sociedad a casi prescindir de esta cualidad.

Para empezar, Suecia es un país emocional y socialmente distante, donde las personas interactúan poco con desconocidos y se encierran en una burbuja emocional que les aísla del resto de la humanidad cuando cubren trayectos como ir de casa al trabajo y moverse en el autobús. En Suecia ignorar al prójimo en ambientes públicos se considera una muestra de educación, ya que permites que cada uno vaya a lo suyo y no te entrometes en lo que no te interesa. Hasta cierto punto puedo compartir que es una muestra de educación, pero si se lleva al extremo se convierte en todo lo contrario. En general se lleva este concepto hasta el extremo, haciendo que te puedan dar con una puerta en las narices o que si se te cae algo al suelo nadie te ayude a recogerlo.

Por otro lado tenemos un igualitarismo mal entendido y llevado a extremos insospechados. Que el hombre y la mujer deben ser iguales ante la ley y contar con los mismos derechos y obligaciones es evidente, un símbolo de madurez de la sociedad. Pero la igualdad está mal entendida cuando se llega al extremo de negar hasta las diferencias biológicas entre ambos sexos. Muchas feministas ven la caballerosidad como una lacra social que esclaviza ideológicamente a la mujer y un método de perpetuar el status quo actual que considera a la mujer inferior físicamente al hombre. O algo así. Me lo han intentado explicar, pero ni lo entiendo ni lo comparto, principalmente porque si hablando sobre este tema rebates sus argumentos razonadamente se cierran en banda y se niegan a seguir argumentando.

Además los varones suecos están mal acostumbrados: por un motivo u otro, históricamente no han tenido que “currárselo” para ligar ni para conocer mujeres, por lo que no han sido educados en cómo tratar bien a una mujer y si lo han sido no lo demuestran. Un varón sueco no entiende por qué tiene que dejar pasar a una mujer por la puerta antes que él, ni por qué sujetarle la puerta del ascensor para que salga, ni por qué pagar toda la cena cuando se puede pagar cada uno lo suyo. Para los españoles es una ventaja porque tendrán más facil ligar que sus competidores suecos; para las españolas puede ser un suplicio.

Esta combinación de factores da como resultado situaciones inauditas que a una española, mal acostumbrada a que la traten como dios manda, le pueden sentar como un tiro:
  • No hace falta que el hombre pague la cena si la mujer quiere pagar su parte, pero sí está bien que haga el baile de “ya pago yo/no, no, qué vas a pagar/que sí hombre/no hace falta yo pago lo mío”.
  • No se trata de que tus amigos vayan cubriendo los charcos con sus abrigos a tu paso, pero sí que te ofrezcan su brazo si el suelo está helado y hay riesgo de pegarse una torta.
  • No es necesario hacer una reverencia ni aspavientos cuando se sostiene la puerta para que pase una mujer, pero sí que la sujeten lo justo para que pases y no le de la puerta en las narices.
En definitiva, una española tiene que prepararse mentalmente y afrontar el trágico hecho de que la caballerosidad ha sido desterrada de Suecia. Cuesta acostumbrarse, pero… ¡es lo que hay!

lunes, 5 de diciembre de 2011

Trabajar en Suecia – Los salarios y los impuestos

Con la que está cayendo en España muchos españoles se han resignado a emigrar para ganarse el pan, porque es imposible encontrar nada en España con un 50% de paro juvenil. En esta circunstancia se ha vuelto al “vente a Alemania, Pepe”, ya que el país teutón sigue siendo junto con el Reino Unido el destino más atractivo para jóvenes y recién licenciados españoles.

Sin embargo, existen otras opciones dentro de Europa. Una de esas opciones es Suecia, probablemente el país europeo menos afectado por la crisis global. Actualmente el producto interior bruto de Suecia crece a más de un 3% anual, la tasa de desempleo ronda el 7% y la tendencia es a mejorar. Con este panorama macroeconómico, está claro que algo de trabajo hay. Si no te preocupan los inviernos con veinte grados bajo cero o tener que aprender sueco, puedes empezar por buscar ofertas de trabajo en portales globales como monster o en la web sueca sweden.se. Y si ya te has liado la manta a la cabeza y tienes pendiente una entrevista de trabajo, recuerda que en Suecia las entrevistas de trabajo pueden ser ligeramente distintas a lo que estás acostumbrado.

  • Cómo funcionan los sueldos? ¿Cuánto voy a ganar?
    La pregunta del millón si tienes claro trabajar en el extranjero es cuáles van a ser tus condiciones laborales: cuánto voy a trabajar a la semana, cuál va a ser mi salario, qué condiciones, cuántos impuestos tendré que pagar… Aquí van algunas respuestas al “qué hay de lo mío”:
  • No hay salario mínimo. En Suecia el concepto de salario mínimo no existe: si aceptas trabajar por un euro la hora, eso es lo que cobrarás. Ahora bien, nadie tiene estas condiciones; los sueldos son muy competitivos. Salarios que favorecen a la clase media. Aquí da casi igual si eres banquero o barrendero, si has estudiado una ingeniería o una FP; la diferencia salarial entre los que más ganan y los que menor salario perciben es muy pequeña, permitiendo la aparición de una pujante clase media y reduciendo en número de millonarios y de pobres en la sociedad sueca. Trabajes en lo que trabajes, tu salario será sueno.
  • Jornada laboral de 38.5 horas. En Suecia no serás un esclavo de tu empresa, no tendrás que quedarte a trabajar por la cara hasta las ocho de la tarde porque sí y sin cobrar horas extra. Aquí se trabaja cuarenta horas a la semana o menos, y todo el mundo se toma esta limitación muy en serio. Por lo tanto el salario real en términos euros por hora es mayor, porque trabajarás menos horas de lo acostumbrado.
  • Incluso un estudiante gana más de 10 euros/hora. Si eres estudiante y quieres trabajar a tiempo parcial, no tendrás que pelearte por una beca ridícula y trabajar como una mula para cobrar una birria. Aquí los estudiantes cobran como todos, y puedes ganar 12 euros la hora tranquilamente en un trabajo poco cualificado.
  • Fiscalidad progresiva. Esto quiere decir que no hay tramos en tu declaración de la renta: cuanto más dinero ganas, mayor porcentaje de impuestos pagas. Aquí no se puede dar el caso de que “saltes” de pagar 18% de impuestos a 21%, el cambio es mucho más gradual. Y los que más ganan pagan mucho, hasta casi un 60% de impuestos. Suecia es uno de los países donde más se paga en la declaración de la renta, pero a cambio los servicios que proporciona el estado son de una calidad insuperable.
  • El tipo de cambio es favorable a los emigrantes españoles. Habitualmente la corona sueca ronda la paridad con el euro “con un cero de menos” (10 SEK = 1 €), pero desde que estalló la crisis la corona se ha disparado y actualmente ronda 10 SEK = 1.2 €, con lo que objetivamente ganas (y pagas) un 20% más. Si ahorras y mandas dinero a España, verás que el dinero cunde más.


Esto es una pequeña muestra de lo que recibirás trabajando en Suecia. Si hablamos de dinero contante y sonante, está claro que las condiciones son mucho más favorables que en España. Además hay que incluir otros servicios como pensiones, sanidad, seguros etc. En otros posts hablaré en detalle de “el modelo sueco”, qué beneficios tienen los ciudadanos y los trabajadores y de la burocracia sueca a la que enfrentarse cuando uno llega a Suecia a buscar trabajo.

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viernes, 2 de diciembre de 2011

La conducción en Estocolmo: segura y aburrida, aburrida y segura

Para ser el segundo país donde más café se consume por habitante, hay que reconocer que los suecos consiguen mantenerse tranquilos y relajados en cualquier circunstancia. Cuando se ponen al volante esto no es una excepción. Los suecos en general conducen como si no quisieran llegar a ninguna parte, como si no tuvieran nunca prisa, como si estuvieran admirando el paisaje. Lo bueno de conducir pisando huevos es que la cantidad y gravedad de accidentes disminuye; lo malo es que cuando tienes un poco de prisa se te llevan los demonios.

La conducción silente
Cualquier español está acostumbrado a escuchar todo tipo de sonidos cuando se mueve por cualquier ciudad española. A pie o al volante, desplazarse del punto A al punto B garantiza escuchar un par de pitidos, chirridos de ruedas, algún exabrupto, rugidos de motores pasados de vueltas, petardeos de tubos de escape sin silenciador y gitaneo o bacalao saliendo del equipo de música de un coche con alerones inútiles y extravagantes. En Suecia esto es impensable. Salvo rarísimas excepciones, generalmente inmigrantes que aún no han asumido del todo la cultura sueca, aquí se conduce sin aspavientos y sin emitir sonidos supérfluos.
Cero pitidos. En este país parece que sólo puedes apretar el claxon si estás seguro de que es la única forma de evitar un atropello. En España se suele pitar a otro vehículo cuando el conductor va pisando huevos o cuando te acaba de hacer una pirula; aquí de eso nada. Primero: todo el mundo va pisando huevos, así que el concepto “despacio” no existe. Segundo: si ya te han hecho la pirula no tiene sentido pitar porque el peligro ha pasado.
Es necesario mencionar el aspecto cultural del asunto: Suecia es considerado un país femenino, mientras que España es considerado un país masculino. En España el pitido más que demostrar indignación sirve para marcar el territorio, aquí en Suecia los hombres no hacen esas cosas tan vulgares.

Despacio, despacio…
Si vas con retraso a algún sitio, mejor que corras o cojas el metro. Al volante llegarás tarde, seguro. Aquí nadie sobrepasa el límite de 40 Km/h en ciudad, ni se acercan. Lo normal en Estocolmo es que los coches circulen a 30 Km/h por casi cualquier calle. Da igual que sea invierno, cuando esta velocidad tiene sentido porque salirse de la trazada sin nieve implica pegarse una galleta; o verano, cuando se puede ir a 40 sin problemas. Así es difícil que haya accidentes (aunque alguno hay, no sé cómo lo hacen).
El problema viene cuando tú coges un coche. Como vivir en Suecia implica cambiar de piso varias veces, he tenido que alquilar una furgoneta pequeña en un par de ocasiones para hacer la mudanza. Para un español la conducción en Suecia no se disfruta, se sufre. Sobre todo cuando vas con la hora pegada al culo y tienes que devolver el coche a una hora concreta. Por muy tranquilo que seas, si estás acostumbrado a conducir en España la conducción en Suecia te pondrá de los nervios.

Peatones primero
El peatón tiene prioridad. Hay que reconocer que esto está muy bien, sobre todo si no tienes coche. En Estocolmo los peatones pueden abalanzarse sobre un paso de cebra con los ojos vendados y salir con vida, aquí para todo el mundo. En ocasiones los coches se detienen incluso sin que haya pasos de cebra a la vista, basta con que un peatón esté esperando en un cruce. Lleva tiempo acostumbrarse, porque si ves ese comportamiento en España temes que el conductor sea un psicópata que acelerará en cuanto te confíes y te pongas a tiro.
En Estocolmo el coche está en un segundo plano porque se da mucha prioridad a los transportes más ecológicos: metro, autobús, tren y bici tienen prioridad absoluta. Andar está bien visto. Ir en coche muchas veces se ve como una afrenta al espíritu ecologista y buenrrollista sueco.

Resumiendo: Suecia es el paraíso de los conductores prudentes. Aquí todo el mundo conduce despacio, nadie se cabrea al volante, no hay pitidos, gritos ni insultos… Todo muy tranquilo y aburrido. Sin duda es una ventaja para los turistas, porque no tendrán el problema de sufrir atropellos por hacer fotos o estar embobados siguiendo al guía. Por el contrario, a los españoles que viven en Estocolmo este estilo de conducción se nos hace un poco duro.